PEQUEÑO VALS VIENÉS, de Federico García Lorca
En Viena hay diez muchachas, un hombro donde solloza la muerte y un bosque de palomas disecadas. Hay un fragmento de la mañana en el museo de la escarcha. Hay un salón con mil ventanas. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals con la boca cerrada. Este vals, este vals, este vals, de sí, de muerte y de coñac que moja su cola en el mar. Te quiero, te quiero, te quiero, con la butaca y el libro muerto, por el melancólico pasillo, en el oscuro desván del lirio, en nuestra cama de la luna y en la danza que sueña la tortuga. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals de quebrada cintura. En Viena hay cuatro espejos donde juegan tu boca y los ecos. Hay una muerte para piano que pinta de azul a los muchachos. Hay mendigos por los tejados. Hay frescas guirnaldas de llanto. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals que se muere en mis brazos. Porque te quiero, te quiero, amor mío, en el desván donde juegan los niños, soñando viejas luces de Hungría por los rumores de la tarde tibia, viendo ovejas y lirios de nieve por el silencio oscuro de tu frente. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals del "Te quiero siempre". En Viena bailaré contigo con un disfraz que tenga cabeza de río. ¡Mira qué orilla tengo de jacintos! Dejaré mi boca entre tus piernas, mi alma en fotografías y azucenas, y en las ondas oscuras de tu andar quiero, amor mío, amor mío, dejar, violín y sepulcro, las cintas del vals.
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Federico García Lorca , nació en Fuente Vaqueros, Granada,
el 5 de junio de 1898 y murió entre Víznar y Alfacar el
18 de agosto de 1936. Fue un poeta, dramaturgo y
prosista español, también conocido por su destreza
en muchas otras artes. Adscrito a la llamada Generación del 27,
es el poeta de mayor influencia y popularidad de la
literatura española del siglo XX. Como dramaturgo, se le considera una
de las cimas del teatro español del siglo XX, junto con Valle-Inclán
y Buero Vallejo. Murió fusilado tras la sublevación militar que
dio origen a la Guerra Civil Española.
El poema “Pequeño vals vienés” pertenece a su obra,
Poeta en Nueva York. En 1929, Fernando de los Ríos
propuso a Lorca que le acompañase en su viaje a
Nueva York. Este aceptó viendo la oportunidad de
aprender inglés, renovar su obra y de vivir en el
extranjero por primera vez; él mismo describió su
estancia en Nueva York como "una de las experiencias
más útiles de mi vida". En esta época inició
Poeta en Nueva York, que no se publicó hasta cuatro años
después de su muerte.
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